Ese es nuestro mundo propio, ajeno a otros que nos rodean, en el que el amor a la libertad, el disfrute intenso de la vida y sus placeres, la amistad, el compañerismo, la camaradería, el honor, el orgullo, la caballerosidad y todos los valores que han hecho grande al hombre, nos iluminan para seguir siendo un grupo de privilegiados vividores en medio de la mediocridad reinante.
Carpe Diem, argonautas, mientras el cuerpo aguante navegaremos muchas millas, beberemos muchas copas y conoceremos bellas mujeres. Seguiremos la búsqueda del vellocino de oro, iniciada por nuestros antepasados hace siglos a bordo del primer “Argos” que se recuerda, buscando al fin y al cabo, LA BELLEZA, lo único por lo que merece la pena vivir.
1 comentario:
yyyyyyyy eeeeeeeesssoooooooo
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